Le Cordage es un magnífico ejemplo mecanicista de la producción de Léger, donde los colores puros y uniformes son claramente delimitados en zonas bien definidas, resaltando la bidimensionalidad del plano pictórico. Su peculiar y reconocible estilo es reforzado en este caso por la particularidad de la combinación de elementos heterogéneos, que mostraban la influencia del surrealismo que imperaba a mediados de la década de los treinta.
En esta obra realizada en 1935 descubrimos los rasgos descritos del color y la aparición de las máquinas que sugieren un mundo mecanizado. Pero, a diferencia de los futuristas, Léger no ensalzaba voluntariamente a la máquina, sino que ensamblaba sus formas regulares y sus propiedades metálicas con las formas orgánicas. Incluso utilizaba objetos, en este caso una cuerda (elemento que da título a la obra), para crear un ritmo ondulante que contrarresta el hieratismo y la rigidez mecánica.
Le Cordage es una obra capital en la producción de Léger, artista de una extensa trayectoria expositiva y reconocimiento internacional que lo sitúan como una de los principales figuras de la vanguardia artística del siglo XX.