Contenido I, II, III, IV

Manolo Paz reivindica el contacto con la tierra, con los materiales, ritmos y realidades del paisaje, de la tradición y del agro gallego. Es por esto que su obra se mueve entre los recuerdos megalíticos de la cultura celta y la abstracción más vanguardista.

  • Manolo Paz
  • 1993
  • Escultura
  • Granito negro
  • 518
  • Medidas variables
  • Colección de Arte ABANCA

Manolo Paz no ha escatimado en experimentar con todas las materias escultóricas que ha tenido a su alcance a lo largo de los años. Durante sus inicios como artista realizó collages con materiales pobres; más adelante creó piezas móviles que interactúan con el entorno natural; después trabajó la madera, el hormigón incluso el metal policromado. También su prolífico trabajo en piedra y hierro demuestra un constante interés por descubrir nuevas posibilidades para escultura: la pieza que desdobla y flexiona en Cercanías-largo recorrido (1990) da paso a la pesadez sepulcral de la losa en Saludo a Alquézar (1991), al tiempo que su célebre homenaje a la cultura megalítica de «Familia de menhires por la paz» (1994) dialoga con este fabuloso óvulo gigante titulado Historia (1999) y formado por cientos de brillantes mampuestos mallorquines.

Las esculturas que conforman la serie «Contenidos» 1993 son cuatro piezas de trazado irregular de granito negro de las que la escultora ha extraído un cuerpo geométrico rectangular. De dicha intervención surge el fuerte contraste entre el color oxidado exterior de la piedra y su negritud interna. Al igual que ocurría con el menhir atravesado por la Xanela frente al mar, la rugosidad arcaica se somete aquí a las acritud pulida del corte ortogonal. La primera y la cuarta pieza tiene una hendidura en el corazón de la roca plutónica; la segunda y la tercera en su canto. La dinámica que se genera es indudablemente distinta, si viene el vigor del brazo que las crea refleja por igual todas las piezas. «A la piedra hay que darle muy fuerte», ha señalado el escultor, «porque si le das despacio rebota y el puntero punto la única manera de entrar en la piedra es asustarla porque sino te asusta ella.»

«Contenidos» carece todavía de peana propia. El pedestal, también ausente en la figura ovoidal y en otras tempranas esculturas de paz, solo parecerá años más tarde, en los trabajos recientes como escalinata o campo de arroz con el que parecen elevarse ya mágicamente sobre el suelo desafiando la gravedad de la materia.

Iria Candela