Es un homenaje a su ciudad natal, A Coruña, al igual que otros cuadros como Mi Ciudad, Torre de Hércules o Aurora. Las formas que aquí aparecen están geometrizadas, y los colores planos, marcan el contraste entre la zona inferior (en negro) y la superior (con un color muy claro y luminoso). Como es costumbre en sus obras, juega con las texturas y la tridimensionalidad que logra gracias a la greca con ajedrezado situada en la parte inferior.