Eisenbahn in Gebirge es un ejemplo ya tardío de su obra, pero donde aún puede apreciarse la evolución de sus investigaciones plásticas. Recrea aquí la realidad mediante un lenguaje gráfico y plástico de extrema simplicidad, casi infantil, donde el color es encasillado en planos que se ensamblan, construyendo una composición colorista y simplista. La influencia neoplasticista se manifiesta en la organización de las obras en líneas verticales y horizontales. Concibe aquí una combinación de formas geométricas ascendentes con una escasa representación figurativa. Esta obra conforma una de las pocas pinturas que creó en 1936 – apenas veinticinco- a consecuencia de su precario estado de salud.

Texto extraído de: GARCÍA LUSA, S. (coord) (2008) Colección Arte XX, Museo de Bellas Artes de Bilbao [p.52]