Este cuadro puede interpretarse como el Guernika de Nóvoa, pues está basado en un poema del poeta peruano Cesar Vallejo, que alude a la tragedia de la Guerra Civil española:

"Padre polvo, compuesto de hierro
Dios te salve y te dé forma de polvo
padre polvo que marchas ardiendo
...

Padre polvo, sudario del pueblo
Dios te salve del mal para siempre
padre polvo español ¡padre nuestro!

César Vallejo

En la obra, el artista reproduce la destrucción, en áreas verdosas, destrozadas y quemadas, invadidas por alambres de púas y graffitis, símbolo de las tragedias humanas más actuales. Refleja la visión de Nóvoa entorno a la situación socio-política que sufre el hombre de nuestra época. En la década de los noventa, el pintor va a realizar composiciones de expresión descarnada, en donde nos transmite un contenido emocional diferente al de obras anteriores. En El jardín de las desdichas, cuyo título se inspira en la celebérrima obra del Bosco, se pueden entrever ciertas reminiscencias a Burri, Tapies, Lucio Muñoz o Millares.