El viejo es una de las primeras obras de tema religioso realizadas por Xesús Corredoyra, que cultivará especialmente esta temática durante su etapa simbolista inspirada en la obra de El Greco que empezará a desarrollar pasado el 1910.
El viejo es una de las primeras obras de tema religioso realizadas por Xesús Corredoyra, que cultivará especialmente esta temática durante su etapa simbolista inspirada en la obra de El Greco que empezará a desarrollar pasado el 1910.
Obra perteneciente al período de formación de un joven Xesús Corredoyra que con veinte años de edad reside y estudia en Madrid. La influencia de la pincelada de Sorolla se deja sentir en esta composición en la que la captación de la luz concentrada en las cabezas de ambos personajes destaca en un conjunto de concepción tenebrista entroncado con el Barroco español. El foco de luz procedente de la zona izquierda ilumina los rostros del anciano y la niña creando volumen a través del contraste creado, al mismo tiempo que deja en suave penumbra el espacio interior de un templo en el que se representa un confesionario y un pilar con columnas adosadas. El vestuario de las figuras, de color intenso, divide la composición en dos zonas mediante una clara diagonal. Esta disposición cromática sirve para generar una dinámica tripartita de luz, penumbra y sombra que se convierte en un buen ejercicio para el estudio de matices de tonos. Los contrastes se acentúan también mediante la técnica de extender la pintura, ya que los ropajes y fondo se uniformizan a partir de una pincelada ancha y larga que acentúa la indefinición ambiental, mientras que las zonas más iluminadas -rostros del anciano y la niña- están tratadas con pinceladas cortas y de mayor densidad de empaste. Debido a la intención por enfatizar los contrastes lleva al pintor a prescindir de veladuras así como a utilizar una paleta de color muy restringida en la que predominan los tonos tierra, ocres, verdes y negros.
La obra presenta una inscripción en la esquina superior derecha con el siguiente texto: A mi más alto y admirado amigo Minguez con admiración y agradecimiento. «J. Corredoira». En la zona central derecha se incluye nuevamente la firma y la datación de la obra. El último dígito de la fecha plantea dudas en su interpretación ya que pudiera confundirse con un cuatro, siete o nueve, aspecto que puede resolverse con el análisis estilístico comparado con las obras de estos años.
La factura del cuadro se puede poner en relación con obras como Rapaz bañista o Retrato de Tomás Campuzano, ambos de 1907, en los que se advierte una concepción lumínica y cromática derivadas de Sorolla, su profesor de pintura en Madrid en ese año. Mayor distancia estilística se aprecia en El viejo respecto a la producción de 1909 en la que la factura del pintor se puede poner más en relación con Zuloaga como se puede comprobar en lo retratos de su tía Gloria o Xosé Corredoira, de tendencia más naturalista debido a un mayor predominio del dibujo lo que aporta una mayor descripción de los rasgos anatómicos de los rostros. Por estas consideraciones la atribución cronológica del cuadro estaría más ajustada en la fecha de 1907.
Temáticamente se trata de una de las primeras obras de tema religiosos realizadas por Xesús Corredoyra que aunque aún se puede considerar vinculada al costumbrismo social español de fines del XIX, se puede contemplar también como precedente de su etapa simbolista inspirada en la obra de El Greco que desarrollará posteriormente desde 1910.