La pieza nos muestra, como es habitual en el artista, un interés por el juego, los volúmenes y las sombras. La pieza se conforma de un tablón de madera en el que nos encontramos con 365 alfileres, de cada uno de los cuales pendura un pequeño trozo de madera estucada. Así, la pieza en su conjunto transmite una sensación de perfecto equilibro, proyectando sombras sobre el tablero.