De carácter minimalista, Xurxo Gómez-Chao reproduce este interior creando una escena casi teatral. Las puertas que se abren crean este aspecto de telón que da paso a la oscura habitación, iluminada a través de un halo de luz que aporta claridad a la pared. Observamos con detenimiento veremos como esta pared aparece plagada de los pequeños árboles de la vida a los que hace referencia en el título, cuyas hojas y raíces se entremezclan, haciendo referencia al eterno retorno y la conexión del ser humano con la naturaleza.