Estudio perteneciente a la etapa final de su estancia en Brujas, momento en el que el artista atravesaba por una crisis, que le llevaría a abandonar esta ciudad, para regresar de nuevo a Roma. Este dibujo, puede ser un reflejo de dicha crisis, pues de él se desprende desasosiego, inquietud y angustia. Los trazos amplios y rápidos, y el acusado sombreado, le infieren a la composición un aspecto tenebroso, casi fantasmal, en un paisaje subjetivo donde el artista deforma la realidad para convertirla en reflejo de su psique.