Espacio ocupado a mecates múltiples

  • Leopoldo Nóvoa
  • 1977
  • Mixta
  • Técnica mixta sobre lienzo
  • 461
  • 131 x 163 cm
  • Colección de Arte ABANCA

El termino mecate es empleado por Nóvoa para designar las pinturas realizadas sobre un soporte de madera o papel de collages de cuerdafina. La palabra es de origen suramericano y procede del lenguaje indio Nahúa, que el autor conoció durante su estancia en Argentina y Uruguay. La superficie monocroma, en blanco, se llena de bordados en forma de tapiz, con diferente calidad de relieve y forma. Éstos son realizados por Susana Carlson, colaboradora y compañera del artista. Los bordados se hacen a partir hilo de nylon o hilo de algodón, lo que provoca que al contacto con la luz se produzcan efectos variados. Este elemento aporta dinamismo a las obras. También aparece un triángulo rectángulo erizado, con aplicaciones de hilo de nylon en forma de púas, que también reaccionan ante la luz. Las líneas se entrecruzan, y la obra se anima mediante aplicaciones, a modo de collages, de trozos de tela, en los que se dejan a la vista sus extremos deshilachados. Todo el conjunto ofrece así una obra muy dinámica, táctil y de múltiples acentos. La composición se crea a partir de un mismo elemento que ocupa toda la tela, dando la sensación de continuidad más allá de los límites del soporte. El lienzo es de poliester, un material sumamente maleable, mientras el nylon, material que cristaliza la luz, lo utiliza en las púas de sus formas erizadas y en los bordados.

El efecto de la luz ejerce efectos incontrolados, y aporta un movimiento mágico imprevisto. El concepto del tiempo es decisivo en el efecto dinámico del conjunto en contacto con la luz. Nóvoa propone una nueva valoración del cuadro, en busca de la creación de un espacio de relaciones dinámicas y energéticas, en donde la luz y el tiempo son parte de la composición, ahora en cambio continuo. Se podría relacionar alguna obra de Nóvoa con otras experiencias óptico-perceptivas o cinéticas, pero en realidad sus objetivos son diferentes dado que la pintura del autor es intuitiva, mientras estas experiencias eran altamente racionales y tenían un carácter analítico-científico. Nóvoa se revela como un alquimista que aporta a los elementos inertes una vivacidad desconocida anteriormente.