La obra se trata, como su propio título indica, de un estudio de los tantos que Brocos realizaba. Es un dibujo doble y en ambas caras se representa a una mujer de cuerpo entero.

En el anverso aparece una figura femenina de pie y dando la espalda al espectador, aunque ladea la cabeza hacia él. La modelo está en actitud de pose, lo que le permite al artista estudiar con detenimiento sus rasgos físicos y los ropajes para plasmarlos con gran realismo. La figura se compone a base de trazos amplios y sueltos, utilizando el sombreado en aquellas zonas que se requiere, para dar volumen y estabilidad a la figura a la hora de situarla en el espacio. A pesar de ser un apunte, el dibujo está bastante elaborado y posee gran detallismo, que se hará más evidente en otro que el artista toma de la misma muchacha, si bien esta vez la coloca de medio cuerpo y más próxima al espectador.

En el reverso se representa a la joven, en la misma posición que la anterior, aunque se vuelve más hacia el espectador. De nuevo encontramos un estudio de posiciones, de ropajes, etc., captados con bastante realismo. La figura, igualmente, se compone de trazos amplios, sueltos y posee detallismo a pesar de ser un apunte.