Es bien sabido que Souto vivió siempre acompañado por la nostalgia y el anhelo que sentía por su tierra. En su afán de regresar a Galicia, en los últimos años de su vida (etapa a la que puede pertenecer esta obra) sus obras se llenan de nuevo de campesinos gallegos, escenas marítimas, y de los paisajes verdes y húmedos que tanto añoraba. La anécdota y el tema humano y social, le sirven como pretexto para una nueva creación pictórica. En este caso realiza una escena de interior, donde el protagonista es, como el mismo título nos indica, un Hombre cojo. Surge otra vez ese ánimo de denuncia y de transmitir los problemas sociales de su pueblo que nunca llegaron a desaparecer de su obra. Técnicamente, se produce una vuelta al orden y a la estructura, prefiriendo una composición clara, que centra nuestra atención en el protagonista, al cual coloca de espaldas. Los elementos se disponen de forma sosegada, sin el ímpetu de obras anteriores, y los colores están más definidos. Abandona la intensidad cromática de su etapa anterior, para recuperar de nuevo el sentido volumétrico de sus figuras, que de nuevo se delimitan con una clara línea de contorno. La pincelada se vuelve tranquila, y los trazos veloces y gestuales se sustituyen por un toque pequeño y preciso. insistido además de la delimitación con negro, del contorno de sus figuras. La exaltación cromática, se abandona en favor de una composición más constructiva, de mayor peso y solidez. Una vez más, mancha los colores con el negro para propiciar una la leve penumbra típica de los interiores y potenciar las sombras con un leve claroscuro. La gama de terrosos, pardos y colores sordos y tenues, vuelven a ser los protagonistas de sus obras de esta época, en las que vislumbramos ciertas huellas del tratamiento matérico y rústico de su primera etapa, donde imperaba la llamada técnica del granito, que el asimiló de forma muy personalizada. La sensibilidad y la nostalgia, son transmitidas por el artista mediante una obra sobria y contenida, y a través de temas con los que se sentía profundamente identificado.