Hornacina ojival donde se sitúa una escena de la Piedad. La imagen está apenas esbozada, desdibujada a base de trazos sueltos y rápidos, las figuras tienden aún a la geometrización. Se trata de una composición sintética, con poco detallismo y precisión. Es uno de los pocos ejemplos de tema religioso en la producción de Lloréns que, a pesar de ser un hombre de profundas convicciones religiosas, apenas representó escenas de este tipo.