La caza secreta del potrillo escondido

Compositivamente prima el plano horizontal en que dispone las figuras, sobre un fondo bícromo en amarillo y ocre planos. La sencillez del fondo potencia la voluptuosidad de las figuras que capturan la atención del espectador.

  • Eugenio Fernández Granell
  • 1977
  • Pintura
  • Óleo sobre lienzo
  • 234
  • 76 x 102 cm
  • Colección de Arte ABANCA

El caballo es uno de los animales más evocados por Granell en su pintura, lo que ha constatado Paloma Esteban en su tesis doctoral sobre el pintor al expresar que «su presencia se hace notar en más de sesenta obras, bien como protagonista único de la escena, bien en compañía del hombre. [...] Las más de las veces, el caballo se reviste de los atributos de los hombres y siempre gozando de la simpatía de su creador, el propio Granell, hasta tal punto que éste no duda en referirse a él por medio de diminutivos», como ocurre en este caso.

En La caza secreta del potrillo escondido está presente el sentido lúdico que el pintor incluye en sus obras, muchas veces emparentado con una visión infantil de las cosas. La composición y el título aluden a algunos pasatiempos existentes en publicaciones para niños en los que dentro de una ilustración se esconden figuras que tienen que ser encontradas. En cierta forma es la variante en clave infantil del surrealista Método Paranoico-Crítico creado por Dalí en la década de los años treinta. En este caso el marco ambiental de la composición se reduce a dos ámbitos cromáticos distintos, cuya simplicidad potencia el barroquismo de las distintas figuras que se disponen sobre el mismo.

La figura horizontal situada en el primer término tiene semejanzas visibles con un equino que está siendo acosado y rodeado por figuras verticales -los pretendidos cazadores-. El componente fantástico y misterioso estriba, como ocurre en muchas obras del pintor, en el adjetivo empleado para la actividad de caza que hipotéticamente se desarrolla a través de la palabra «secreta», recurso que sirve para estimular aún más a la búsqueda que complete el significado entre imagen y título, así como para aumentar el componente misterioso con el que tanto disfrutan los niños. El descubrimiento, en la pintura de Granell, de las imágenes aludidas en el título supone un «encuentro» que surge del azar y que para él se convierte en elemento creativo básico de la estética surrealista: «...la fuerza misteriosa del encuentro debe anular la aventura surrealista nos conduce hacia las claves que Breton señaló en su primer manifiesto, en 1924: la búsqueda de ese punto en que lo contradictorio deja de percibirse».

La caza secreta del potrillo escondido se puede considerar como un poema visual en clave infantil conectado claramente con el sentido voyeurista existente tanto en las estéticas dadá y surrealista desarrolladas por autores como Duchamp y Dalí, ambos admirados por el pintor coruñés.

Antonio Garrido Moreno