Boceto previo a la obra final que realiza en barro para una imagen de la Purísima Concepción con su iconografía clásica: manos recogidas sobre el pecho, túnica y manto que envuelve su figura; lleva la cabeza, que ladea, cubierta con un paño como recordatorio de su estado virginal. La imagen aparece sobre la de la Luna y pisa una serpiente, en el momento preciso de la concepción. Pierna flexionada que desequilibra ligeramente la verticalidad de la figura femenina. Cuerpo que no se insinúa bajo el manto pesado, pliegues anchos que potencian la verticalidad. Movimiento mínimo coincidente con el recogimiento religioso. Isidoro Brocos recurrió a la escultura religioso como medio de vida ya que, por la época, sigue siendo la Iglesia el principal cliente.