Mariña

Esta pieza es una de las cinco que integran el conjunto que el escultor Francisco Leiro diseñó para Casa Grande do Pozo, en Santiago de Compostela, edificio emblemático y actual sede de Afundación en la ciudad. Las cinco figuras se disponen en el lucernario del mismo, entendiéndose no como cinco piezas individuales, sino como un conjunto de elementos que dialogan entre sí. Éstas son visibles desde la planta baja, así como desde alguna de las plantas superiores.

  • Francisco Leiro
  • 2003
  • Escultura
  • Madera policromada
  • 1591
  • 50 x 84 x 26 cm
  • Colección de Arte ABANCA

Forma parte del conjunto de cinco piezas que Francisco Leiro realiza para exponer de forma permanente en el lucernario de la Casa Grande do Pozo, ubicada en Santiago de Compostela y actual sede de Afundación. El conjunto muestra una serie de cinco personajes, una familia escultórica en la que se establece un diálogo de unas con las otras, por lo que más que una serie de esculturas individuales, podríamos considerarlas una misma pieza. Éstas se van colocando por las distintas plantas del edificio de forma ascendente, pudiendo ser contempladas todas en su conjunto desde la planta baja, encima del pozo que da nombre al edificio. 

Los personajes son sin duda variopintos. Entre ellos nos encontramos referencias a elementos de la cultura popular con otras de corte más surrealista e incluso mitológico, inspirándose en leyendas, así como en los hallazgos arqueológicos del propio edificio. La primera pieza que nos encontramos se ubica en la planta baja y se trata de Aguadora, una pieza que representa a una mujer de atuendo medieval que porta un cabazo, lo que se relaciona directamente con el pozo ante el que se coloca. Esta figura mira hacia arriba y semeja saludar a No balcón, la escultura que Leiro diseña para la primera planta del edificio. Se trata de una escultura exenta que se asoma precisamente a través de una barandilla, mirando hacia abajo y que devuelve el saludo a Aguadora

Sobre ellos Dous curas, dos figuras exentas, que se encuentran suspendidas en el muro. Ambas parecen apresurar el paso para protegerse de la lluvia. La siguiente pieza sería Mariña enseñando a nadar a su hijo, de clara inspiración mitológica. Por último, con un carácter más surrealizante, Danzante aparece en la última planta, sobre todas las demás. El cuerpo de la figura está poco definido, a través de bloques y sin marcar mucho las formas hasta llegar a la cintura, en donde aparece un tu-tú que corta la figura en dos y bajo el encontramos las piernas de la figura, que se representan con más detalle y además incorporan un movimiento hacia atrás, como si quisiera bailar. Esta pieza presenta también la particularidad de estar ubicada sobre una peana que sobresale del muro, lo que la hace avanzar mucho más que las otras figuras y quedar como suspendida en el aire.