Darío Villalba experimenta en esta pieza con la litografía, pero aproximando a la técnica del collage. El fondo de la pieza aparece dividido en tres tonos de grises y sobre éste aparece una figura que casi parece recortada. Bajo ella, otro cuadrado en tono gris. La monotonía del color se rompe con las manchas de pintura roja que bajan desde el rostro de la figura y que se deslizan por toda la pieza.