Obra perteneciente a un período de juventud, durante el pensionado en la Academia Española de Roma, cuando realizó un viaje a Capri. En la isla calabresa, Lloréns trabajó en varios óleos y tomó numerosos apuntes. Con el paso del tiempo, la representación de la figura humana irá desapareciendo, en favor de la interpretación de la naturaleza. Se trata de una sanguina que reproduce la cabeza de una mujer durmiente. Su carácter de apunte se denota, no sólo por la factura, sino por la reutilización del soporte para tomar notas de otros rostros. Como es habitual en estos diseños, define los volúmenes a partir de la línea de contorno y les da tridimensionalidad mediante el sombreado. Recurriendo a una de sus fuentes, la pintura realista holandesa, recoge escenas intimistas.