Músico frente al mar

  • Luís Seoane
  • 1950
  • Pintura
  • Óleo sobre tabla
  • 603
  • 60,5 x 49,5 cm
  • Colección de Arte ABANCA

Los pintores gallegos cercanas a Seoane, habían asimilado con gran facilidad las vanguardias de principio de siglo, en su mayoría surgidas en París, a la estela de la pintura de Cezanne, Van Gogh o Gaugin. Buscaban un discurso en consonancia con la revalorización del arte popular como expresión genuina de los pueblos, pero también se proponían modernizar la anquilosada pintura gallega. Su intención última, era crear un lenguaje artístico universal, que sirviera para comunicar con toda la sociedad. Entre 1949 y 1951, Seoane realiza un viaje a París donde puede estudiar la pintura de las primeras vanguardias del Siglo XX de forma directa. De entre todas las obras que conoce, aquellas que calan más hondo en el artista son las del geométrico Cézanne y el decorativo y colorista Matisse. Tras esta visita, en las obras del gallego comienzan a a parecer volúmenes geométricos, las figuras son cada vez más esenciales, la pincelada es gruesa y abandona el gusto por los detalles. La paleta se reduce, imperando, a partir de entonces, los tonos ocres, grises y azules (al igual que en las obras de sus coetáneos gallegos Souto o Colmeiro), y reservando un colorido más intenso para elementos destacados como, en este ejemplo, el instrumento musical. Al igual que en la obra de Cézanne, los personajes de Seoane son silenciosos y anónimos, pues reflejan a la colectividad. Están construidos a partir de violentas pinceladas que generan una textura viva y dotan de gran fuerza expresiva a las figuras. El fondo se construye mediante grandes pinceladas, y se divide en tres franjas de color, que se corresponden con la arena, mar y cielo, todos en tonos suaves. La línea del horizonte es alta, y el violonchelo que sujeta el músico entre sus piernas, hace resaltar al protagonista, acercándolo al primer plano. Para Seoane los años 40 y 50 son una época de experiencias estéticas varias, en busca de un estilo capaz de canalizar las exigencias de un lenguaje propio y un mensaje plural, a la vez que autóctono. Partiendo de referentes consagrados dentro del movimiento moderno, investiga su técnica para finalmente asimilarla y hacerla propia, y lograr así un lenguaje universal.