Paisaje rural, estructurado entorno a un conjunto arquitectónico inmerso en un paisaje. Define con trazos horizontales los planos del pueblo, que contrasta con la indefinición de las montañas utilizadas como fondo. La composición está dominada por un ritmo ascendente que consigue mediante las líneas verticales de la campiña del primer término.
A la hora de componer, se basa en la combinación de los diferentes planos y los juegos de perspectiva. Una vez más, aparecen las características principales del estilo de Lloréns: la sucesión de planos que realzan el verismo de la representación y la profundidad, lograda mediante las gradaciones lumínicas. En este ejemplo, y frente a las grandes panorámicas que son habituales en su producción, acota mucho más el paisaje para poder centrarse en el caserío. Estos apuntes le sirven a Lloréns para captar distintos tipos de paisaje que posteriormente detallará y llevará al óleo en obras de mayor envergadura. El pintor fue una persona amante de la calma y de los largos paseos por el campo. Concibe la naturaleza desde una posición humanista de identificación mutua, e intenta traslucir el alma del lugar elegido, que es irrepetible y distinto.