En este paisaje Souto pretende captar el carácter de México, su país de acogida, del mismo modo que antes había reflejado Galicia.
En este paisaje Souto pretende captar el carácter de México, su país de acogida, del mismo modo que antes había reflejado Galicia.
En este paisaje Souto pretende captar el carácter de México, su país de acogida, del mismo modo que antes había reflejado Galicia. De este intento surgen obras como este paisaje, en las que recupera viejas experiencias «primitivistas». Estudia los problemas compositivos y trabaja sobre un concepto bastante clásico; partiendo de un primer plano, más oscuro, nos introduce en el fondo a partir de tonalidades más claras. El muro blanco que recorre la composición desde la izquierda crea un punto de fuga que se pierde en el infinito, al desembocar en el cielo azul. La gama de colores es cálida, derivada del propio clima mexicano, llenando de luz la pieza mediante amarillos, verdes, azules y un blanco puro muy intenso. Los paisajes mexicanos acabaron por ser frecuentes en su producción, pues el exilio duró veinte años.