Obra de finales de la década de los 70, donde forma, línea y color se combinan en una coreografía, de clara intención poética, sin llegar a perder el equilibrio ni la serenidad en ningún momento. Los tres se mueven por el lienzo con autonomía, intentando expresarse por sí mismos a través de un ritmo casi musical. Paisaxe do Sur es un paisaje sintético, que no abstracto, donde la preocupación del artista no es su descripción, sino transmitir su experiencia ante la visión una imagen de profunda calidez y yerma sobriedad. Los colores, que se han intensificado, participan en el ondear de las líneas y se funden con ellas en un equilibrio cósmico. La obra de Seoane ha tenido un interesante paralelismo con la de Matisse, uno de sus artistas más admirados. Ambos derivaron su discurso estético hacia una claridad del lenguaje y una simplificación de los componentes del mismo, en favor de la capacidad de comunicación de las obras, a las que dotaron de un fuerte componente poético que se acrecienta en sus últimos años.