Durante un viaje que realiza a París, Lloréns realiza estos dibujos de figurines, que enviará a su esposa Eva. Proceden del Cuaderno de Francés, que más tarde se convertiría en un cuaderno de memorias del artista. Los dibujos presentan influencias del cartelismo, en auge en aquellos tiempos, y en ellos combina el trazo rectilíneo con el ritmo y la sinuosidad de la curva. Los contornos han sido bien delimitados por una línea gruesa, más oscura, mientras los detalles quedan sin definir, con pincelada suelta e impresionista.