Las obras de Pintos Fonseca, denotan, en numerosas ocasiones la influencia de su maestro, Carlos Sobrino. En este ejemplo, vemos cómo elige la representación de un paisaje típicamente gallego, congelado y petrificado, mientras, por otra parte, imita el proceso de ejecución: las excursiones pictóricas. En estas excursiones, Luís Pintos tomaba apuntes de todo lo que veía, para después reinterpretación estos paisajes en su taller, imitando, el modo de proceder de Sobrino Buhigas. En esta obra, representa un pazo de A Coruña, conjugando la arquitectura propia de Galicia, con una interpretación de su característico paisaje.