Dibujo de la costa interior de la ciudad de A Coruña. Se trata de un boceto donde los volúmenes y las líneas apenas son perceptibles, exceptuando la línea de contorno, que resalta los perfiles de la costa y de algunos edificios destacados. Una vez más, introduce la calima marítima, que difumina la representación e inmaterializa el paisaje. Elige un punto de vista bajo, con el que aumenta el espacio a representar. El mar y el cielo aumentan su protagonismo, aunque aquello que más le interesa es el litoral coruñés. La reflexión de la luz en el líquido y sus contrastes, serán una de sus preocupaciones fundamentales, en consonancia con la pintura de principios de siglo francesa y el luminismo valenciano.