Esta obra se creó en París en 1929 y pertenece, de este modo, al período en el que Torres García forja su peculiar constructivismo. En él nos ofrece el interés por la temática portuaria, ya presente durante el periodo barcelonés y reavivado en sus estancias en localidades del Mediterráneo, tanto italianas como francesas.
Está concebido a base del uso de los colores primarios - rojo, azul y amarillo - (recurrentes en Torres García), a los que les añade el blanco y el negro (aprendidos de Mondrian), todo compatibilizado con la figuración, con el uso de símbolos, como el ancla, y con sus característicos números.
El lienzo fue reproducido en 1945 en la pionera monografía de Claude Schaefer por una editorial porteña, y tres años después en un fascículo editado en Montevideo por el propio artista, infatigable publicista de su propia obra y no menos incansable apóstol de su doctrina estética.