En un cuaderno de notas, Lloréns realiza un primer apunte del Obelisco coruñés, que trasladará al lienzo, en uno de los cuadros más impresionistas de su trayectoria artística. Desde su posición, en lo alto del Banco Pastor, realiza un apunte de muy somero, a dos colores, de este emblemático lugar de la ciudad de A Coruña, donde reproduce los volúmenes más destacados de esta instantánea.