La Recolectora II, parece mirar con dolor lo acaecido, mientras toma un descanso en mitad de la faena. En su postura encontramos la impotencia, ante un desastre de tan grandes dimensiones.
La Recolectora II, parece mirar con dolor lo acaecido, mientras toma un descanso en mitad de la faena. En su postura encontramos la impotencia, ante un desastre de tan grandes dimensiones.
El grupo Recolectoras, es un homenaje a aquellas personas afectadas por la catástrofe del Prestige, al tiempo que una denuncia de la misma. No se tarta de una crítica atroz, sino de dejar constancia en la memoria, de unos días que convulsionaron a la sociedad gallega, y pusieron en jaque al gobierno del país. Podría decirse que se trata de un grupo amable, si no fuera por la tragedia que se esconde tras la representación de estas cuatro mujeres que abandonaron sus quehaceres cotidianos para recoger el fuel que bañaba las costas de Galicia. Propias de la escultura de Leiro en su monumentalidad y rotundidad de volúmenes, así como en el modo abrupto de trabajar la madera, que se policroma para dotar de vida y personalidad a las figuras, convertidas en símbolo de la catástrofe, de la que muestran distintos aspectos: la desolación, la esperanza, la denuncia y el trabajo colectivo. La Recolectora II, parece mirar con dolor lo acaecido, mientras toma un descanso en mitad de la faena. En su postura encontramos la impotencia, ante un desastre de tan grandes dimensiones.