Recolectora IV

La Recolectora IV es la última del grupo, aunque su actitud y disposición, abren el conjunto que, lejos de ser cerrado, se abre implicando al espectador e instándolo a no olvidar. La actitud y los gestos, en este caso el rostro manchado y cansado de la Recolectora, demuestran el inmenso esfuerzo realizado, así como una disposición casi automática al trabajo, que se trasluce en su mirada perdida.

  • Francisco Leiro
  • 2003
  • Escultura
  • Madera policromada, plástico, metal policromado
  • 730
  • 175 x 97 x 120 cm
  • Colección de Arte ABANCA

La Recolectora IV es la última del grupo, aunque su actitud y disposición, abren el conjunto que, lejos de ser cerrado, se abre implicando al espectador e instándolo a no olvidar. La actitud y los gestos, en este caso el rostro manchado y cansado de la Recolectora, demuestran el inmenso esfuerzo realizado, así como una disposición casi automática al trabajo, que se trasluce en su mirada perdida. A la monumental figura de madera, Leiro le añadió dos de las herramientas que durante aquellos días sirivieron a los miles de voluntarios en sus tareas: las palas, con las que recogían el crudo, y los barreños donde lo depositaban.