La pieza hace alusión a la condición de hombre vejado, saqueado, al que únicamente le quedan sus despojos. La tela intenta representar el cuerpo humano reventado, del que ya no queda más que su envoltorio.
La pieza hace alusión a la condición de hombre vejado, saqueado, al que únicamente le quedan sus despojos. La tela intenta representar el cuerpo humano reventado, del que ya no queda más que su envoltorio.
Manuel Millares, miembro destacado del grupo El Paso, fue uno de los artistas españoles contemporáneos con mayor presencia y repercusión internacional. Su obra debe ser leída a la luz del tiempo en el que le tocó vivir: la situación de angustia social de la España franquista a la que el artista no fue ajeno. Es precisamente en ese contexto donde surge su preocupación por el ser humano, bajo una doble disyuntiva: por un lado, el sentido de su presencia en el mundo; por otro, el estado de permanente lucha con la muerte. Sin embargo, hay en Millares cierto optimismo que deja entrever un atisbo de esperanza. Estas referencias serán una constante a lo largo de su producción artística.
La obra Sin título pertenece a un período que comienza en el año 1957 y marca un punto de consolidación en su estilo. A partir de entonces, en sus pinturas empieza a utilizar la superficie del lienzo como cuerpo mismo de la obra, destruyendo la arpillera mediante perforaciones y cosiendo con puntadas irregulares el vacío. La composición se distribuye de forma desigual mostrando el caos, y la gama cromática se reduce a la presencia del blanco y negro. Es así como bastidor, tensor y vacío adquieren gran plasticidad, logrando la construcción de un espacio tridimensional en el tradicional marco bidimensional que ofrece la pintura.
La pieza hace alusión a la condición de hombre vejado, saqueado, al que únicamente le quedan sus despojos. La tela intenta representar el cuerpo humano reventado, del que ya no queda más que su envoltorio. El dramatismo queda patente en la simplicidad de medios y en la economía cromática. Sin embargo, no se trata de una visión negativa, puesto que está movida por la esperanza vital, esperanza de un cambio total en este mundo imperfecto, lleno de humillación, miseria, dolor e injusticia.