En la escultura religiosa Isidoro Brocos sigue la normativa impuesta por la Academia, como apreciamos en este boceto para la imagen de San Eusebio, de la Iglesia Castrense de San Andrés de A Coruña.
En la escultura religiosa Isidoro Brocos sigue la normativa impuesta por la Academia, como apreciamos en este boceto para la imagen de San Eusebio, de la Iglesia Castrense de San Andrés de A Coruña.
La imaginería religiosa no quedó al margen de la actividad artística de Isidoro Brocos. Quizá no fuese un tema muy de su agrado, (según datos recopilados por Manoel Lousa Rodríguez, el artista era considerado masón, algo muy perseguido por la Iglesia) debido a que coartaba su ánimo de creatividad y de libertad individual, ya que el arte religioso posee un carácter dogmático, determinista y rígido, perdiendo los rasgos espontáneos y subjetivos que el artista intentaba infundir a sus obras. De todas formas, es un tema muy recurrente en la época, marcada por una arraigada religiosidad y una fe, que se reflejaban en la vida cotidiana. En la escultura religiosa Isidoro Brocos sigue la normativa impuesta por la Academia, como apreciamos en este boceto para la imagen de San Eusebio, de la Iglesia Castrense de San Andrés de A Coruña.
En esta obra realiza un juego de ritmos y de proporciones, que equilibra sus actitudes y dota a la figura de estabilidad. Generalmente sus esculturas son exentas, le interesa la figura en sí misma, confiriendo importancia a los atributos del Santo, elementos mediante los cuales adivinamos la identidad del mismo. Se aprecia el correcto dominio de la forma, el purismo en el tratamiento plástico y un naturalismo sensual agradable a la vista. En la base de la escultura aparece la inscripción: "I. Brocos. Santiago 1881".