Un prototipo iconográfico muy recurrido en la época, es el de "Santiago matamoros". Brocos representa aquí a Santiago cabalgando con su espada alzada y sometiendo a los infieles, que se precipitaban bajo las patas de su caballo encabritado. La composición está marcada por el eje en diagonal del caballo. La torsión tanto del caballo como del jinete hacia un lado, crean el espacio, al igual que el violento escorzo del personaje que está tumbado.

Podría perfectamente ser un estudio escultórico por el tratamiento del volumen que les da a las figuras. Este volumen se traduce mediante tonos de blanco que contrastan con la marcada y gruesa línea negra que delimita los contornos de las figuras, destacándose sobre el color sepia del papel. Probablemente se inspiró en los modelos ecuestres del arte italiano, o incluso en esculturas de la época que se realizaron utilizando esta iconografía tan recurrente en la época.