En su faceta de ilustrador, Lloréns realiza el Santón, figura de un santo con largas melenas y barba, vestido con túnica y dibujado por medio de amplios trazos sueltos. En un primer momento lo piensa incluir en el libro Cuadros religiosos, del cual Lloréns diseña la portada y algunas de sus páginas y dibujos, pero finalmente lo descarta. Cuadros religiosos es un libro póstumo de Doña Emilia Pardo Bazán, gran amiga suya. Lo más destacado del dibujo es que, lejos de ajustarse a la imagen más tradicional de la representación hagiográfica, la figura está dotada de una cierta modernidad que, en parte, remite a modelos prerrafaelitas y simbolistas, que sin duda debió conocer en su viaje por Francia y Bélgica.