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Este ejemplo consta de varias estructuras galvanizadas Handy, perforadas industrialmente, que combina con dos espejos, uno colocado en la vertical y el otro a modo de balda de estantería. De este modo genera paralelepípedos que quebrantan la estructura geométrica, en este caso con la utilización del material reflectante, multiplicando la percepción espacial.

  • José Pedro Croft
  • 1999
  • Escultura
  • Hierro galvanizado y espejo
  • 187
  • 200 x 150 x 120 cm
  • Colección de Arte ABANCA

Obra perteneciente a la producción de finales de los años 90, momento en que substituye los motivos arquitectónicos por los elementos de mobiliario, que son activados a través de interferencias, modificaciones y potenciaciones, incluyendo como fuente de experimentación el hierro galvanizado, el vidrio o el espejo. Este ejemplo consta de varias estructuras galvanizadas Handy, perforadas industrialmente, que combina con dos espejos, uno colocado en la vertical y el otro a modo de balda de estantería. De este modo genera paralelepípedos que quebrantan la estructura geométrica, en este caso con la utilización del material reflectante, multiplicando la percepción espacial. Dice el artista al respecto: "mi utilización de los vidrios o de los espejos tiene siempre un carácter inexpresivo, indiferente o abstracto, en el sentido de que no se trata de ver o no ver lo que está allí, sino lo que acontece en el espacio cuando el vidrio o el espejo interfieren como visión". La luz, captada por el espejo es convierte y es trabajada como un material más.

La obra escultórica del artista es una especie de metalenguaje en el que reflexiona sobre la propia historia de la escultura. Así su evolución se fundamenta en un revisionismo crítico de la historia del arte. Desvela la problemática de la discontinuidad, de la transitoriedad, de la imposibilidad de certezas o verdades definitivas. Efectiva, para este fin, es la manera de manipular los elementos elegidos como vehículo de estas ideas y así, potencia la promiscuidad y ruptura de su sentido original. El proceso creativo se basa en la experiencia de vaciado, desequilibrio, amputaciones, prolongaciones y proyecciones. Permite entrever los gestos y la energía de su construcción. La intervención del artista reafirma el carácter humano de la creación, opuesto al proceso industrial de fabricación de las piezas. El lugar se reduce a un físico mínimo, al esqueleto de un problema: construcción, montaje, efecto. La simplicidad de este trabajo se contrapone a la complejidad de efectos que proporciona; dinámica cinematográfica: funde espacio, tiempo y sujeto. Incita a un constante movimiento de la mirada. Respondiendo a una visión postmoderna del mundo y el individuo siente la incapacidad de fijar el "yo" en una cierta identidad, sea ésta de género, clase o ideología. Comenta el artista sobre esto: "Mi trabajo es de alguna forma la ecuación de las perplejidades que yo tengo en relación a la experiencia del mundo", y añade: "Las cosas están pesadas e inertes con su finalidad, con su estar ahí en el mundo, donde son simplemente consumibles. Quitarles peso y ponerlas en movimiento, hacerlas saltar para fuera de sí mismas, para fuera de su finalidad".