En el anverso retrato de un hombre colocado de espaldas al espectador con la cabeza ladeada, posición un poco forzada a la hora de retratar. Ese pequeño escorzo nos da sensación de profundidad, de asentamiento de la figura en el espacio. Detallismo y minuciosidad en la descripción a través del sombreado, conseguido éste mediante una finísima ralladura y diferentes tonalidades de negros y grises. Por las semejanzas encontradas podría ser una copia de un autorretrato de Van Dyck.
En el reverso, tapado por la enmarcación, aparece una figura de un hombre colocado en escorzo, rompiendo el espacio, con los brazos abiertos en diagonal. La disposición de la figura da cierta sensación de inestabilidad. Apunte rápido, con amplios trazos sin ningún detallismo, ni siquiera utiliza el sombreado para dotar a la figura de volumen e insertarla en el espacio, tan típico en los dibujos de Brocos, ya que es un mero boceto sin terminar.