En la década de los 70, las temáticas más recurrentes de María Victoria de la Fuente son la vejez y los bodegones, ambos temas símbolos del paso del tiempo, donde expresa su parte más lírica. En palabras del catedrático de la Universidad de Santiago de Compostela, José Manuel García Iglesias: "Los bodegones tienen diferente protagonismo en cada caso. A veces su tamaño se empequeñece para dejar todo ese protagonismo a la luz de la tarde que ambiente el conjunto de la obra; en otras ocasiones lo dominante va a ser la propia composición del bodegón, en una pintura en la que también lo es el estudio del color, expresado desde unas posiciones cromáticas sobrias y elegantes". En esta obra la artista esboza un bodegón en blanco y negro donde presenta un cesto con frutas. La luz surge desde lo alto, iluminando toda la composición.