Escena teatral donde, en primer plano muy acotado, Laxeiro representa a dos personajes desnudos, un hombre y una mujer, en lo que parece el pasaje de un relato. El hombre, montado sobre un caballo, libra de sus ataduras a la mujer. El tipo de dibujo es el característico de Laxeiro, de formas plenas y muy redondeadas, que remiten a la “estética del granito” y al arte románico, en lo que pretende ser una figuración de sello gallego.