Sobre un fondo neutro se dispone una figura que a modo de rejilla, divide el espacio en tres. La linea va degradando su color a medida que se acerca a la base de la pieza, pasando de tonalidades anaranjadas a amarillo. La base adquiere peso en la composición en la medida en que al llegar ahí estas lineas parecen fracturarse, rompiendo lo lineal de la pieza.