En esta escena podemos observar, en el centro de la composición, un hombre a caballo, realizado en negativo. La cabeza de este personaje aparece silueteada, mientras que su traje y su caballo están representados con gran detallismo mediante finas líneas. El "caballero romántico" pasea sobre su caballo por el campo, en medio de los toros, que ocupan el espacio a sus anchas, antes de ser llevados al toril. Uno de ellos, a la derecha de la composición, aparece alado y en actitud orante, quizás tenga un espíritu angelical y rece para que no lo lleven y lo maten. A sus pies un escorpión, símbolo de la muerte, nos indica que las plegarias del toro no darán el fruto esperado. El grabado está realizado mediante la técnica del aguafuerte, punta seca y rodillo para la aplicación de la tinta.