Retrato de Paul Verlaine y Jean Nicolas Arthur Rimbaud, los poetas parisinos que mantuvieron un turbulento romance a mediados del siglo XIX. Ambos aparecen caracterizados como tal, sentados ante una mesa con papeles en los que parecen preparar sus escritos. La pieza es lúgubre, un tono de negro a azulado domina la obra, excepto por los rostros y manos de los personajes que destacan entre la penumbra con tonos grises, convirtiéndose en el principal foco de atención.