Weisslich

Kandinsky pintó Weisslich en febrero de 1929, tras varios años de trabajo en la Bauhaus, escuela a la que llegó por invitación de su director y fundador Walter Gropius para ocuparse de las clases de pintura.

  • Wassily Kandinsky
  • 1929
  • Pintura
  • Óleo sobre lienzo
  • 1633
  • 50,5 x 71 cm
  • Colección de Arte ABANCA

Kandinsky pintó Weisslich en febrero de 1929, tras varios años de trabajo en la Bauhaus, escuela a la que llegó por invitación de su director y fundador Walter Gropius para ocuparse de las clases de pintura. Siempre ha sido un misterio por qué Gropius se fijó en un pintor tan poco racionalista como Kandinsky para ser profesor en una escuela que lo que busca es la objetividad y la aplicación del arte a la industria. Sin embargo, el artista supo comprender cuál era su misión dentro de la Bauhaus e intentó integrar ambos mundos, tal y como se puede ver en Weisslich. En el lienzo pintó una serie de formas geométricas: en la parte superior izquierda, curvas, siguiendo la órbita de unos círculos, y en la inferior derecha, otras líneas -en su mayoría rectas- que forman diversos rectángulos que se ensamblan. Para unir ambas partes trazó dos líneas oblicuas que lo dividen en dos y en su parte inferior otras estructuras que compensan las energías creadas en cada parte de la tela. Creó de este modo unas formas puramente objetivas, donde eliminó cualquier contacto con la realidad y con el subjetivismo, a base de formas cuyos fundamentos teóricos son fáciles de enseñar a unos alumnos ávidos de aprender. Sin embargo, bajo la apariencia geométrica y mecánica de Weisslich, hay una obra maestra llena de gracia, fruto de un artista sensible que no puede dejar de serlo, incluso cuando intentaba hacer el arte más racional.