Aunque no hay una decoración de fondo que ambiente la escena, implícitamente nos sitúa en una ciudad, ya que el viejo lleva sombrero de ala y un abrigo elegante, y la joven está muy peinada y su vestido denota un alarde de ostentación. En esta época, Castelao empieza a forjar el tema que desarrollará años después en su obra teatral Os vellos non deben de namorarse, tres historias que tienen en común el enamoramiento de un viejo con una chica joven, y que siempre acaba mal. El autor critica este tipo de amores, ya que los sentimientos se anulan, potenciándose el poder del dinero, la honra y las apariencias. El anciano de este dibujo, mediante una metáfora, explica a la chica que las personas mayores tienen más experiencia y son mejores compañeros sentimentales, en un intento de seducirla. Castelao lo ridiculiza haciéndole hablar en castellano. La joven se vuelve hacia él en un gesto vergonzoso, pero con una expresión que denota que le ha gustado lo que ha oído, sintiéndose halagada.