Nació en la ciudad de Porto en el año 1957. Fue estudiante en la Escuela Superior de Bellas Artes de Lisboa, donde tomó contacto con la creación artística de corrientes como el minimalismo o el arte conceptual en el contexto del grupo Alternativa Zero. A finales de los años 70 trabajó en el taller de João Cutileiro. Comenzó a exponer en Lisboa, en el año 1983, con una muestra individual. A partir de esa fecha, su trayectoria expositiva traspasa el territorio peninsular: Sao Paulo, Tokyo y Berlín, son algunas de las ciudades que han acogido sus exposiciones. Además ha estado presente en diversas ediciones de la feria ARCO en Madrid, a partir del año 1999.
En sus primeras obras, Croft recurre a la iconografía egipcia y tardo-gótica, de las que toma un compendio de referencias figurativas (animales, momias, etc.) y elementos decorativos arquitectónicos. De este modo, arcos, guirnaldas y columnas se aglutinan, sin que medie entre ellos argamasa alguna, en piezas que acumulan la descomposición de los estilos.
Su siguiente fase creadora se caracteriza por la acumulación de materiales de desecho industrial, esculturas de grandes dimensiones, con un carácter marcadamente funerario, ordenadas por estratos, sin utilizar mortero de unión. Expone con pudor los efectos ruinosos de la tradición y pone en evidencia el precario equilibrio de la ingeniería artística clásica. A finales de los años ochenta incluye el yeso como material y acostumbra a pintar las piezas de bronce de blanco. Con esta estrategia de ocultación, libera las obras de las propiedades de su naturaleza material, favoreciendo sus posibles cualidades constructivas en nuevas disposiciones espaciales. En este contexto el diálogo con el espacio y el equilibrio/inestabilidad son asumidos como aspectos relevantes de su trabajo. En los años 90 sustituye los motivos arquitectónicos por los elementos de mobiliario, que son activados a través de interferencias, modificaciones y potenciaciones, y a partir de 1998 incluye materiales como el hierro galvanizado, el vidrio o el espejo, en obras que fluyen entre la geometría y la poesía.
Desde sus comienzos, Croft ha desarrollado un conjunto de obras simultáneamente intelectuales y sensuales, llenas de ángulos y repeticiones. Su producción recuerda al constructivismo y a su evolución cronológica minimalista, aún sin presuponer una adhesión o rechazo a estos lenguajes. Amplía el concepto general de arte, introduciendo la noción de una escultura totalizante, donde todo importa. Los dibujos que realiza señalan un camino paralelo a las esculturas. Anuncian recorridos de ocupación del espacio y revelan lo que se oculta en la bidimensionalidad.
Sus piezas son antimonumentos que dan la espalda a las «tradiciones escultóricas» del siglo XX. Sobre los referentes artísticos de su obra comenta: «me interesan algunas ideas del minimalismo, pero hay otras que no me sirven de nada. Mi relación con la tradición escultórica y con el monumento no es de negación. No pretendo recuperar esa tradición o rehabilitarla en sí misma. Diría que las referencias al minimalismo son sobre todo formales, en términos de una cierta idea de rigor y de eficacia y de economía. (…) Idea de una geometría pedestre, de una geometría operatoria, sin transcendencia en sí misma«.
José Pedro Croft «(…) reúne circunstancias locales, como el uso del mármol, apropiaciones culturales y un conocimiento profundo de un contexto posmoderno, cosmopolita, donde la libertad artística permite que, en una misma obra, confluyan la verticalidad de la columna sin fin de Brancusi y las piss painting de Andy Warhol».
Su obra marcó evidentemente los destinos de la nueva escultura portuguesa en la década de los ochenta, al lado de artistas como Manuel Rosa, Rui Sanches o Pedro Cabrita Reis. Actualmente vive y trabaja en Lisboa. Ha recibido el Prémio Nacional de arte Pública Tabaqueira, Queluz y el Prémio EDP- Desenho.
La obra de Pedro Croft, forma parte de importantes colecciones y museos como: Fundação Calouste Gulbenkian (Lisboa), Fundação Luso-Americana para o Desenvolvimento (Lisboa), Ministerio de Cultura de Portugal, Fundação Serralves (Porto), Caixa General de Depósitos (Lisboa), Sintra Museu de Arte Moderna (Sintra), Museo Nacional, MNCARS (Madrid), Sammlung Albertina (Viena), Fundació La Caixa (Barcelona), Museo de Zamora, MEIAC (Badajoz), Colección Bienal de Escultura «Ciudad de Pamplona», Banco Central Europeo (Frankfurt), y ABANCA Colección de arte (A Coruña).