Nace en la pequeña aldea de Chapa (Silleda) y vive hasta los 12 años en San Fiz de Margaride. Después emigra a Buenos Aires, donde ya residían sus padres. A los 20 años expone por primera vez en una colectiva, entre una mayoría de pintores argentinos.
En 1926 regresa a Galicia y en 1928 realiza su primera exposición individual en Vigo. Ese mismo año recibe una beca de la Diputación de Pontevedra que le permitirá viajar a Madrid y Barcelona. En 1929 se casa y fija su residencia en Vigo. En estos años consolida su obra convirtiéndose en uno de los pilares del movimiento renovador del arte gallego, con un lenguaje que combina los elementos vanguardistas y la temática popular, con fuertes influencias de compromiso social.
En 1936 lo sorprende la guerra. Huye a Lisboa y luego se traslada a Buenos Aires. El hecho de estar en contacto con los sectores galleguistas hace que escoja Argentina para su exilio, donde se encuentra de nuevo con sus padres y con figuras relevantes de la intelectualidad como Luís Seoane, Rafael Dieste, Rafael Alberti… En el año 1941 se reunirán con él su mujer y sus hijos. En Argentina participará del ambiente cultural generado por los exiliados y los intelectuales argentinos. Realiza el mural en la Galería Florida Pacífico, en el centro de Buenos Aires (1946), junto con algunos de los más importantes pintores argentinos —Berni, Urruchúa, Castagnino y Spilimbergo—. En la propia Argentina obtiene el premio para artistas extranjeros en la XXXI Exposición de Bellas Artes en 1941. A partir de finales de 1948 se instala en París, en un exilio artístico que dura hasta 1986, cuando vuelve definitivamente a Galicia. A partir de los sesenta se va a haciendo cada vez más habitual su presencia en nuestro país, hasta que se instala en su aldea natal.
Desde 1968, las antológicas de la obra de Colmeiro nos permiten aproximarnos mucho más a su proceso de creación, teniendo un gran reconocimiento. Muere en Salvaterra de Miño en 1999.