Urbano Lugrís nos muestra un tema recurrente en su obra a través de esta escena en la que busca captar la belleza de la vida submarina. Su estructura por planos le aporta un aspecto teatral, empezando por un primer plano de rocas escarpadas a ambos lados de la obra que remarcan la verticalidad de la pieza, creando una especie de telón. Adentrándonos hacia el fondo marino nos encontramos como en el agua, los colores se degradan progresivamente, perdiendo luminosidad a medida que nos acercamos más al fondo marino. Cuenta además con una diagonal muy marcada creada gracias al rayo de luz que atraviesa la obra de arriba abajo y que se pierde en las profundidades.