Temas universales como la crueldad de los hombres, el poder y la fuerza, las injusticias de la justicia, o la impotencia del menesteroso frente al manejo de las leyes en su contra son algunos de los temas tratados por Castelao en Cousas da vida. Desde el diario Galicia de Vigo, donde publicaba estos dibujos cada día, hacía una llamada de atención a las conciencias de la gente cada mañana, ya que, aunque las críticas estaban enmascaradas con el humor, daban pie a la reflexión seria. Los protagonistas de esta ilustración son los opresores del pueblo, mostrados como un verdugo a punto de decapitar a un reo con un hacha. El texto a pie de dibujo es una reflexión del propio autor, ¿qué merecería después el verdugo? Con ello no intenta defender la Ley del Talión, pero tampoco la impunidad. La escena está caracterizada por un dibujo de trazo grueso, con predominio de la línea curva, muy sintético. Las figuras son planas, sin sombreado ni volumen, con una reducción al máximo del decorado del contexto en que se encuentran. Sin duda Castelao estaba influido por los ukiyo-é japoneses y por los dibujantes modernistas de principios de siglo que conoció mediante publicaciones francesas y alemanas.