Dibujo que forma parte de la serie  que dedica a la polémica colocación de la estatua de Montero Ríos en pleno centro de la Plaza del Obradoiro. Castelao opta aquí por la caricaturización del personaje representado en el monumento. Bajo la lluvia compostelana, a la dichosa estatua no le queda más opción que recogerse en su toga. Esta sensación la destaca el autor por medio de la expresión de frío del personaje. A su lado aparece el caricaturista autorretratado de manera rápida y sintética. La única concesión de decoración que se permite Castelao es el monigote del fondo que le sirve para crear profundidad y la peana de la escultura adornada con tres ranas que parecen sonreírse al presenciar el hecho. En este dibujo además del problema urbanístico de la estatua, pone de manifiesto el cese del yerno del político Montero Ríos a raíz del golpe militar de Primo de Rivera. El dibujo se publicó el 11 de marzo de 1924 y fue tanto el éxito que se volvió a publicar en la contraportada del periódico al día siguiente. No se puede olvidar que los dibujos se publicaban en prensa, lo que explica su inmediatez y actualidad. Tras el golpe militar, Castelao endureció el contenido de sus dibujos y transformó su arte, de un tradicionalismo más sensible, en un corpus ideológico y político sólido.