Lugrís nos presenta este pequeño «florero marino» a modo de bodegón imposible.
Lugrís nos presenta este pequeño «florero marino» a modo de bodegón imposible.
Lugrís nos presenta este pequeño "florero marino" a modo de bodegón imposible. En la base dibuja el pie de un jarrón y sobre este, el mar, representado en sus distintos elementos y presidido por el velero de bandera española, que flota entre sus componentes: el hipocampo, caracolas, algas y corales. Los elementos superpuestos, como las conchas y el caballito de mar, centran la pintura destacando su eje vertical, que es, además, un eje de simetría. Según Antón Patiño, este lienzo nos habla de su interés por Arcimboldo, «otro desconcertante pintor solitario fascinado por la naturaleza», que componía sus obras a partir de la conjunción de elementos naturales que daban forma a nuevas imágenes.