Na procesión

Na procesion

«-Ay, Don Aquel: ¿esa levita é do empeño?»

Nos encontramos ante una crítica al caciquismo, cargada de humor. Este tipo de crítica perderá actualidad con la llegada del Directorio, en el que los dibujos deben pasar la censura del Gobierno Militar de Vigo. Se observa la capacidad de expresión que tenía Castelao sobre sus figuras. Se sabe quién habla y quién escucha, los personajes están caracterizados con los rasgos muy exagerados, con la intención de ridiculizar al cacique, estilizando sus formas y refinando los detalles. Con esta misma intención emplea una perspectiva jerárquica, donde el destacado, el cacique, es mayor y está en primer término, y la figura más pequeña, física y socialmente, es el pobre. El humor de contrapuestos está de nuevo presente en esta escena: el grande contra el pequeño, el rico contra el pobre, el superior contra el inferior... El pobre deja quedar en ridículo al cacique, delante de todo el pueblo en la procesión de las fiestas.