«―O Santo Apóstolo non gustaba das corridas de touros e mandou que os ventos desfixeran a plaza»
«―O Santo Apóstolo non gustaba das corridas de touros e mandou que os ventos desfixeran a plaza»
Como ya lo había hecho en otras ocasiones, Castelao manifiesta su oposición a las corridas de toros mediante la conversación entre un abuelo y su nieto. Por la conversación se deduce que la corrida no se llevó a cabo por el derrumbe de la plaza, que seguramente fue construida de forma provisional para la ocasión. La inestabilidad de la misma provocó que los vientos la derrumbaran y el abuelo se lo achaca al Apóstol, contándole a su nieto que éste no estaba de acuerdo con las corridas de toros y por eso provocó el derrumbe de la plaza. Quizá Castelao intente apelar a la fe que imperaba en la sociedad del momento y que él mismo profesaba, para captar adeptos para su causa, totalmente en contra del sacrificio de animales, llevado a cabo únicamente, por el mero goce y disfrute, de ver morir a un animal. Asimismo refleja el modo de sentir de un pueblo que continuaba achacando lo inexplicable a los valores sobrenaturales, en este caso a su patrón Santiago. Los dos personajes aparecen en primer término, bien definidos y delimitados por una gruesa línea. En un segundo término coloca la plaza destruida por el viento, de forma muy esquemática y al fondo mediante el sombreado se intuyen unos árboles. Con esta disposición deducimos que los dos personajes están colocados en un alto desde donde se aprecia la totalidad de la plaza.